Puertas para un armario con aglomerado

¿Qué hacer cuando un armario no tiene puertas? ¡Que no cunda el pánico!

Por si no lo sabéis estoy en fase de reforma para tener a punto mi nuevo taller. Un espacio donde poder hacer mis trabajos y manualidades de forma más cómoda. Y para dar el pistoletazo de salida en este nuevo blog os cuento como empapelar aglomerado y no morir en el intento.

¿Y eso porque? Pues porque en el taller, los armarios no tenían puertas. Bueno, si que tenían puertas pero estaban amuy estropeadas. Os cuento el proqué.

Todo viene porque el taller es una habitación de una casa situada en una planta baja. En mi pueblo, hace muchísimos años tantos que no había nacido ni yo, hubo una grandísima inundación. Todo fue debido a las lluvias torrenciales bastante habituales por aquí, y a consecuencia de esas lluvias, el pantano que hay cerca, (a unos cuantos kilómetros) pues hizo catapunchinpum y se vino abajo y el resultado ya os lo podéis imaginar. En mi pueblo el agua llegó hasta los dos metros o tres según las zonas, y claro, todo lo que tocó el agua pues más bien se tuvo que tirar.

Pues bien, las puertas de estos armarios se mojaron, no se estropearon en exceso. Y al hacer la reforma vimos que las puertas estaban un poco deformadas y con el chapado todo levantado. Así que decidimos quitarlas y poner unas nuevas.

Aquí tenéis un pequeño spoiler de como quedó, ¿te interesa saber como lo hice? ¡Pues sigue leyendo!

Empapelar aglomerado no es tan difícil

Los materiales que necesitamos son:

• Tableros de madera de 16mm de grosor y del tamaño que se necesite
• Imprimación
• Pincel para untar la imprimación
• Canto para tableros
• Pancha (vieja a poder ser)
• Lima de media caña
• Cola para empapelar
• Kit de empapelar (brocha, cepillo y cúter)
• Papel decorado
• Tabla para cortar
• Tiradores
• Spray (Dorado de Novasol)

¿Empezamos?

Antes de ponerme con las puertas, yo pinté los marcos del armario en gris. La primera idea era pintarlos en turquesa al tono de los cactus del papel, pero no encontré ninguna pintura que me convenciese con el color. Aunque bien mirado así destacan un poco, ya que como la pared también es blanca… La pintura que he usado es un esmalte al agua satinado de la marca Titan, que para pintar sobre madera ve genial.

Para las puertas el primer paso es conseguir los tableros adecuados para el tamaño que necesitamos. En mi caso yo me acerqué a un Leroy Merlín, que tienen servicio de corte y allí les pedí que me cortasen los tableros a la medida exacta. Yo me decanté por el aglomerado de 16mm y en un mismo tablero me entraron las dos puertas del armario y las puertas de los altillos. Así que genial!

Antes de ponerse a empapelar aglomerado como una loca, me asesoré cómo tenía que proceder. La trabajadora de la sección de papeles me lo explicó todo genial y me recomendó los dos productos que he usado, y el resultado, ya lo podéis ver!

Al ser madera en crudo, el aglomerado vaya, me recomendó darle una primera capa de imprimación, para que después el papel se pudiese adherir bien. Porque si me saltaba este paso, seguramente el papel se terminase cayendo, y tampoco queremos eso, ¿verdad?

Una vez tenemos bien seca la capa de imprimación, hay que cantear los bordes de los tableros. Calculad cinta de cantear a lo alto porque siempre se pierden cachos y os tocará volver a comprar más (por experiencia). Os recomiendo usar una plancha de las viejas, la verdad es que son de las que mejor funcionan y así ya la tenéis para todas estas cosas y no estropeais la de la ropa.

Con mucha paciencia intendad igualar el canto por una de las partes, ya que sobrará y así solo tendréis que lijar por una de las partes. ¡Id con cuidado de no quemaros!

Os podéis ayudar del mango de algún pincel (de madera, obvio) para apretar bien la cinta contra el tablero para que se adhiera bien. Para rematar el canto, tendréis que eliminar el excedente con una lima de media caña que será la más cómoda.

Ahora que ya tenemos los tableros con la imprimación y con los cantos canteados, ¡al papel!. Yo elegí un papel de cactus, que aunque están en la sección infantil de Leroy Merlín, a mi es que me enamoró a primera vista. No es un papel muy recargado y me combinaba con los colores que quería que predominasen en el taller.

La hora del papel pintado

Para poner el papel tendremos que seguir tres pasos muy sencillos. Primero medir el tamaño del papel que vamos a necesitar y cortarlo, dejando siempre un poco de sobrante por los lados. Segundo, untar bien de cola el papel por la cara mala (obvio Inés, obvio) y dejarlo reposar un par minutillos. Para esto necesitaréis que alguien os ayude porque manejar esos tamaños de papel es complicado. Tercer paso, pues poner el papel encima del tablero, asegurando que quede recto y con el cepillo quitar las burbujas que se puedan quedar.

Yo para asegurarme que se quedaba bien pegadito a los bordes, con un paño limpio ejercí un poco de presión. ¡¡Pero sin pasarse, que sino se puede quedar la marca!!

Cuando la cola esté bien seca y el papel se vuelva un poco más durillo, es hora de cortar el excedente. Con ayuda de un cúter y una plancha de corte (se usa mucho en scrap) para no estropear la mesa cortaremos a ras.

Como veis, empapelar aglomerado es un proceso largo pero muy sencillo. Cualquiera con un poco de gracia puede convertir un tablero sin gracia en unas puertas originales.

Y lo principal, rematar con pequeños detalles

Bien… para retamar y dar esos detalles más chic, y para que combine con la idea que tengo en mi cabeza para el taller, le añadí unos tiradores en dorado. Compré unos básicos blancos y los más baratos que encontré y los pinté con spray dorado de Novasol de la gama Evolution. Y es que lo caros que son los tiradores que buscas con un poco de gracia, ¿no?

Una vez tenemos las puertas… ¿qué más necesitamos? ¡Pues colgarlas! En mi caso, las bisagras que necesitaba son las latonadas, que son del estilo de las que venían puestas. Según la colocación de las puertas necesitarás unas bisagras diferentes. Pero don’t worry porque seguro que en cualquier tienda de bricolaje te pueden ayudar. O sino una buena táctica es poner las mismas que habían ¿no?

Las cogí en dorado, ya que todos los accesorios del taller los quiero poner en dorado, como los tiradores de los armarios.

Estas bisagras son súper fáciles de colocar, la parte que va al tablero tiene que ir alineada al borde trasero. Y después, atornillar y listo. Lo complicado viene a la hora de colocar la puerta, que necesitarás ayuda para centrarla y colocar los pasadores.

Un proceso largo pero satisfactorio

Y con esto y un bizcocho, al final tengo mis armarios listos! Con unas puertas bastante originales y que creo que nadie tiene… (y si alguien las tiene, tiene un gusto exquisito!).

Ahí os he dejado el antes (disculpad por la foto movilera, que no hice ninguna más) y el después ya lo podéis ver. El cambio es a mejor, a mucho mejor diría yo. ¡Qué felicidad cuando ves que las cosas van saliendo!

Mientras yo sigo pringada con todas las cositas que tengo que ir restaurando para el taller. Os iré mostrando por aquí… Le tengo echado el ojo a una cómoda que me servirá para guardar muchas cositas.